Alexiis, 10 de diciembre, 2009
Buenas noches amados Maestros, son las once de la noche, no sé si me están llamando, siento una profunda agitación, pero está mezclada con tristeza, no sé, no es alegría lo que siento. No sé lo que pasa, ni siquiera sé si ustedes me están llamando, así que por las dudas me conecto para ver y sino luego apago y me iré a dormir. . . . Siento fuertemente algo pero, no sé si es, es como que percibo las palabras:
Es difícil tu camino mi hija, pero muy bien puede ser que me lo esté imaginando. . . .
No Alexiis, no lo estás imaginando, soy la MADRE MARÍA que vengo a saludarte y reconozco, como dije, es difícil tu vida porque estás tan jalada entre las dimensiones que hay momentos en que el equilibrio tambalea un poco. Hoy es uno de esos momentos.
Por un lado quisieras elevarte como el águila, como esa canción que te acaban de mandar del vuelo del águila, quisieras elevarte y surcar por los cielos libre, libre de las ataduras que te atan a la tercera dimensión. Sé que es por eso que estás esperando con tanta ansia los cambios y cuando cada vez que hubo un cierto tipo de pronóstico y eso no se produce, es como que decaes de nuevo.
Querida alma sabes perfectamente que va a llegar el momento en el que te remontarás realmente libre de nuevo, libre de lo que te ata a la tercera dimensión.
Eres una de las que va a acompañar a la Madre Tierra, pero la acompañarás con el cuerpo sano, sin problemas, lleno de agilidad de nuevo, eso es lo que anhelas. Yo sé, no es tanto el irte del planeta sino el salir del encierro, el poder moverte nuevamente con agilidad. Mucho ya lo has logrado, pero también falta todavía y es eso lo que se te hace difícil.
Por eso también te afectan las cosas que pasan a tu alrededor y que como – casi diríamos - consejera en Internet, participas en tantas dudas, tantos problemas con los que se enfrenta la gente y sé que siempre haces lo mejor posible para dar una mano, pero a veces te es difícil darte la mano a vos misma.
Cuando son esos momentos es ahí donde vengo yo, no es la primera vez y tampoco será la última, porque la última será cuando te dé la bienvenida junto a nosotros, de nuevo formando parte de todo nuestro grupo.
Es difícil la misión que has aceptado cumplir, has pasado tantas y tantas vidas en dimensiones superiores, que ahora que has despertado de nuevo cuesta amoldarte a lo que estás viviendo.
Querida alma no desfallezcas, nosotros te acompañamos plenamente y tienes muchos acompañamiento de tus – digamos – virtuales, aunque ninguno a tu lado o casi ninguno a tu lado en forma física.
Son todo pruebas por las que has tenido que pasar, pero que se van a solucionar. Nosotros te amamos, eres una de las nuestras y como tal no te vamos a dejar caer, ya lo hemos dicho muchas veces. No te dejamos caer a vos ni a ninguno de los otros humanos que nos acompañan, que nos apoyan con su trabajo.
Benditos sean todos ustedes y benditas también las almas que aún están dormidas, pero que tienen todavía la posibilidad de despertar.
Yo les mando todo mi amor y luz, Yo Soy la MADRE MARÍA.
Gracias Madre, gracias.
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