Alexiis, 31 de julio, 2009
Son las once menos diez de la noche y me llaman, así que aquí me presento para ver quién es el que ahora me quiere hablar, quedo esperando como siempre....
Son las once menos diez de la noche y me llaman, así que aquí me presento para ver quién es el que ahora me quiere hablar, quedo esperando como siempre....
Sí Alexiis, soy la MADRE MARÍA, vengo a hablar a todos mis hijos manifestándoles todo el amor que siento por ellos, toda la preocupación que siento por ellos porque como madre que soy, me preocupan grandemente aquellos hijos e hijas por supuesto, que hasta ahora no han querido ver, ni oír, ni percibir.
A todos ustedes les llamo, POR FAVOR, abran sus ojos, escuchen, vean lo que está pasando. Estamos trabajando a pleno para ayudarles a que sea lo más llevadero posible todos los eventos futuros, pero necesitamos vuestra ayuda y yo, como madre, no puedo concebir que haya tantos y tantos todavía de mis hijos que todavía no prestan atención a llamado alguno, ni siquiera el llamado de la propia madre.
Tampoco le prestan atención a GAIA, que también es su madre, lógicamente en otra forma, no importa, las dos estamos sumamente preocupadas porque hay tantos de nuestros hijos que simplemente ignoran las cosas que están pasando.
No puede ser, ¿qué es lo que tenemos que hacer nosotros, que abarcamos el panorama total, que vemos lo que va a pasar, qué es lo que tenemos que hacer para sacudirlos para que despierten?
Los queremos a todos, y ustedes saben, aunque ustedes se decidan a no seguir con la Madre Tierra, a ir a otros sistemas planetarios de tercera dimensión, o seguir su camino en otra forma, siempre, pero siempre serán igualmente amados y honrados. No se les juzga, esto no es un juicio, no es el momento del Juicio Final, ni es el momento del final del planeta o de la tierra, no, es un paso, es un cambio lo que se avecina y nosotros, todos nosotros, de los reinos angélicos y de todos los otros reinos desearíamos que la mayor cantidad de humanos posibles nos pueda acompañar en este camino.
Yo no quiero que hijos míos queden atrás. Estamos llegando – como se diría – a raudales, llamándolos. Si hace falta los llamaría por nombre, pero no es posible de tantos que son, entonces tenemos que hacerlo así en una forma normal. En todas partes del mundo se están manifestando llamados de atención, llamados de despertar, acá, a través de Alexiis y de Sergio, ahora también de una nueva canalizadora Marisa, estamos llegando a la mayor cantidad que podemos, pero ellos también son seres humanos y como tales tienen sus limitaciones y están agotando sus propias fuerzas para poder transmitir todo lo que hace falta.
Pero es triste, es triste ver como tantos de mis hijos están durmiendo, sin importarles, sin importarles el prójimo, sin importarles la Madre Tierra, simplemente siguiendo su rutina como si eso fuera la vida. ¿Ustedes no se dan cuenta que en realidad no están viviendo su vida?, porque ese trajín cotidiano que ustedes tienen no es un trajín lleno de amor, de alegría, de gloria, no, no, ustedes se pierden lo mejor, ustedes se pierden lo más lindo de la vida.
La vida tendría que ser una cosa de alegría, de juego, de felicidad, de amor, de amor hacia si mismos y hacia los otros y a todos los reinos. Pero ustedes de esto nada, ni siquiera se quieren a si mismos, porque si ustedes se llegasen a querer a si mismos saldrían de esa rutina monótona en la que están. Se darían cuenta que hay mucho más, mucho más allá, se pondrían a mirar al cielo estrellado, o al sol, o a las nubes, o a lo que sea, se darían cuenta que todo está brotando de vida, que todo está queriendo seguir adelante, queriendo avanzar y ustedes se quedan ahí en su trote cotidiano.
Como me apena todo esto, como me duele todo esto, como me duele que yo como madre, ni con todo el amor que tengo, ni con todo el amor que profesan todos los Maestros, que profesa la Madre Tierra, no podemos llegar a ustedes. Cuán enclaustrados están, cómo se han envuelto a si mismos en unos muros que no podemos penetrar. Como lloro por ustedes, lloro porque no puedo llegar a ustedes.
Siempre, siempre que podamos vamos a seguir tratando, intentando, esperando que cada una de estas palabras aunque sea toque un corazón, si esto que alguien escucha o lee, toca un corazón, ya es una felicidad, lógicamente si tocaría diez corazones sería mucho mejor. Pero seguimos intentando y con ese intento los dejo, les mando todo mi amor y toda mi luz, Yo Soy la MADRE MARÍA.
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