YESHUA , MADRE MARÍA Y ÁGUILA BLANCA

Alexiis y Azton, 8 de agosto, 2009

Amados Maestros, buenas noches. Son las diez y cuarto y otra vez estamos intentando hacer la canalización Azton desde su hogar y yo del mío, porque a él el amado Yeshua le dijo que convendría que estemos los dos. Así que aquí estamos encantados de recibirlos nuevamente en esta forma. Quedo esperando....

ALEXIIS: Sí Alexiis, soy YESHUA, yo quería que vengan ustedes dos porque son otra vez mensajes compartidos.

Está bien, hoy los hemos dejado en tranquilidad porque bastante hicieron y el trabajo que hicieron para la Argentina fue bien recibido y pasando los días vamos a dar nuevas sugerencias para que hagan el mismo tipo de trabajo para otras partes del mundo.

Supongo y espero que ustedes como trabajadores de la luz no tendrán problemas en hacerlo y digo, yo sé que ustedes se reúnen los sábados y no voy a pedir que se reúnan otro día y puede ser que para el sábado que viene les pida otra vez un trabajo específico. Ya les avisaré.

Ahora, esto es lo que yo les quería decir, pero me quedo de costado porque hay otros Maestros que se quieren manifestar.

Con todo mi amor, Yo Soy YESHUA.

AZTON: Yo Soy la MADRE MARÍA y vengo aquí contigo hijo mío porque quiero extender mi manto de amor sobre el trabajo que ustedes han realizado. Ha sido una maravillosa experiencia y el compromiso que han demostrado en esa tarea vengo yo hoy aquí a agradecéroslo con todo mi amor, representando todo ese amor maravilloso que yo he visto en vuestros corazones en esta tarea tan especial que realizaron.

Así como mi Hijo Bienamado les acaba de decir, hemos decidido intentar hacer este mismo trabajo con otras áreas del planeta, pero no me corresponde decir qué partes, pero eso ya lo van a ir recibiendo.

En esta instancia, a todos los lugares también, extiendo mi manto de amor, a cada uno de ustedes que está escuchando o leyendo este mensaje, porque cada uno de ustedes está en vivo en mi amor, tal como ahora lo percibo en el corazón de Azton, como también está existiendo en el corazón de cada uno de ustedes que está en este instante unido al corazón de la Madre Divina.

Yo soy esa Madre Divina, esa Madre Divina que está derramando todo el amor maravilloso en cada uno de los hijos del Creador, en cada uno de los seres que valientemente se encuentran hoy encarnados aquí en el planeta que está teniendo su más maravilloso renacer.

Sé que tú Azton has tenido hoy un día aciago porque estás muy agotado y además te estuviste cuestionando muchas cosas en función de este aprendizaje, de ese salto de fe que aún falta realizar y que todos deseamos que se realice. Esta unión va a conseguirse porque sabemos de tu capacidad, solo que bueno, ha sido un aprendizaje duro, pero un aprendizaje que lleva a este salto.

Imagínatelo tú como también pido que se lo imaginen cada una de mis hijas y cada uno de mis hijos. Ustedes están parados en una gran bruma donde no se puede ver la parte baja del precipicio, pero tienen que dar el salto, tienen que entregarse y no con el miedo de estar agarrados en el borde porque no saben si alguien los va a sostener, si van a poder dar el paso, si es que hay alguien que los va a sostener, alguien que los va a recibir.

Yo te aconsejo a ti Azton y a todos, que den ese salto, que se paren al borde de ese acantilado y salten, salten que acá estamos nosotros para recibirlos. Ese salto es el salto que tienen que hacer en su interior, el cambio interior de toda su vida, donde se entregan definitivamente y en esa entrega en esa magnitud se convertirán en el ser que son.

Los amamos más allá de toda medida, los bendecimos, los acompañamos, sepan que jamás han estado solos y que nunca lo van a estar. Son nuestros ángeles benditos y envolviéndolos en este tierno amor de la madre que yo soy, los dejo con todo mi amor.

Yo soy, la MADRE MARÍA.

AZTON: Sí, Azton, soy yo, el JEFE ÁGUILA BLANCA. He preferido venir varias horas después del trabajo de limpieza que se hizo sobre tu nación, nación sureña, porque notaba que estabas muy cansado. Ahora estás con mejor energía, pudiendo recibirme, aunque tu corazón está –como dices- saliéndote por la boca.

Es mi intención decirte que dado que este trabajo que se hizo fue de muy alta calidad, vamos a intentar seguir haciendo este tipo de sanaciones, esta erradicación de energías ancestrales impuras en otros territorios, en otras naciones, en otros continentes.

Ya Marisa comentaba, sabiamente, que hay que hacerlo en África, y es verdad; África necesita de este tipo de limpieza también. No puedo en este momento decirte que es ése el siguiente punto de tarea, eso tenemos que determinarlo acá en el consejo que estamos trabajándolo. Pero sí seguramente que el próximo sábado van a tener, otra vez, otro espacio de limpieza.

Azton, yo quiero indicarte también, que es una de las características más notables que se han producido con esto de hoy. Has podido recibir con fidelidad toda la indicación que se te fue dando para que la transmitieras al resto del grupo, para desarrollar este trabajo. Es así que quiero pedirte que te integres desde este lugar de canal para poder realizar este trabajo. Otros también lo harán, pero en este caso, vamos a seguir andando juntos en esta tarea.

Tiempo atrás no podía decir que te conocía; me fue dado tu nombre, pero no sabía quién eras como Sergio. Pero ahora, como Azton, sé muy bien de qué se trata, y sé que eres capaz de llevar adelante este trabajo junto con Alexiis y junto con las dos niñas que tienen una fuerte conexión con un hermano de nosotros que es Alce Ligero. Él también va a formar parte de este equipo, por lo que pido que ustedes cuatro queden muy atentos a las indicaciones que se les van a dar.

Querido hermano, querido compañero, mi gratitud, mi reconocimiento por la tarea conducida, y que hago extensiva a Alexiis, Marisa y Cecilia. Yo soy el JEFE ÁGUILA BALNCA.

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