DIVINA GLORIA

Alexiis y Azton, 21 de agosto de 2009

ALEXIIS: Son las 13:45, buenas tardes maestros. Recién me parecía haber escuchado algo, pero no estaba segura, sin embargo el péndulo me dice que ustedes me llamaron, así que aquí me presento. Con frío, lluvia y todo. Voy a tener que acostumbrarme a este clima acá. Quedo esperando a ver quién necesita hablar.

Así, de repente, se me mete en la cabeza la palabra Gloria; pero, ¿qué significa eso?

Soy la conciencia de la GLORIA, de lo EXCELSO, de lo VISTORIOSO; tengo muchas interpretaciones, pero todas denominan algo bueno, y es eso lo que ustedes tienen que aprender a disfrutar. Ustedes saben que en la parte religiosa la palabra Gloria se usa muchísimo, pero la repiten como loro, sin tener una conciencia real de lo que represento. Ya digo, puede haber muchas interpretaciones…

Yo sé Alexiis, que esto a vos te está resultando muy difícil, mejor hubiera sido que me recibiera tu compañero Azton; haz la prueba a ver si puedes contactarlo. Quedo esperando.

ALEXIIS: Querida Gloria, Azton va a recibirte cantando, así que yo me retiro acá; después lo compartimos. (Alexiis llama a Azton por teléfono indicándole lo sucedido).

AZTON: Recién acaba de llamarme Alexiis diciéndome que había percibido el campanilleo y que se había presentado Gloria, pero que debido al exceso de trabajo de Alexiis, Gloria prefirió venir a través de Azton. Así que dejo la traducción que estaba haciendo y me conecto. Te convoco Divina Gloria. Siento el corazón exultante, y viene a mí un coro fantástico de Vivaldi, que es el Gloria, tan representado en los distintos templos cristianos. Gloria in excelsis Deum, es una de las estrofas que lo componen. Así es que, Divinia Gloria, bienvenida y dispuesto a poner palabras a la energía que quieras manifestar. (Azton canta estrofas de ese mismo coro)

http://www.youtube.com/watch?v=XQx2TWgxX14&feature=player_embedded

Ese es el gran canto, la maravillosa canalización que Vivaldi hizo y que amorosamente yo participé para que así fuera. Ingentes ángeles estuvieron allí para que esa obra musical alcance los corazones de cada uno de ustedes. Yo soy la DIVINA GLORIA, y me estoy presentando, acercándome a ustedes porque es voluntad del Creador que la Gloria, yo misma, alcance los corazones de cada uno de ustedes.

En sus textos, en sus escritos arcanos, ustedes los humanos, en su costumbre de dividir las cosas, a mí me ponen en dos facciones; una, es la Gloria interior, que corresponde al Creador. Según ustedes y esa creencia, yo soy la máxima aspiración del Creador, el fin mismo del Creador. Por el otro lado está lo que ustedes, en esos textos, llaman la Gloria exterior, donde colocan a una trinidad en la que ustedes se colocan a sí mismos como algo separado de Todo Lo Que Es. Vengo a recalcarles que todo eso no tiene nada de verdad.

Ciertamente, cuando esos textos se escribieron hace miles de años, la conciencia humana podía comprender hasta ese aspecto de la separatividad. Pero ahora, vuestro Creador me ha enviado para infundir en vuestros corazones la Gloria, para despertarla en ustedes. Pues ustedes, cada uno de ustedes, es una manifestación de Él, de Ella; de Dios, de la Diosa. De esa fuente infinita de donde yo también provengo. La Gloria es la manifestación excelsa, la última manifestación, la más abarcativa de todas en la manifestación de la Creación.

Cada una de ustedes, cada uno de ustedes, tiene en su alto corazón un átomo que se llama átomo simiente; un átomo que guarda la memoria de quienes ustedes son, desde que el mismo Creador les dio manifestación como chispa divina. Y yo, la Gloria Divina, habito en ese átomo. Éste los acompaña en cada encarnación, ya sea en la tierra interna, en la superficie –como lo hacen ahora- o en los mundos, en las naciones estelares donde han hecho vuestra experiencia.

Vengo a decirles que es en la unidad donde yo me manifiesto. Yo estoy en Todo Lo Que Es, más allá de las creencias que ustedes tengan de separatividad, de adentro, de afuera; todo esos puntos que llevan a la división. Vengo a recalcarles y a marcarles que no es la verdad. La Gloria, la Gloria que yo soy, la Gloria que vuestro Creador, que vuestra Creadora manifiesta está en cada respiración que ustedes hacen, en el latido de vuestro corazón, en el fluir de la sangre, todo lo que compone en este mundo irreal de la realidad que ustedes sostienen. Todo eso es manifestación de conciencia y desde esa unidad es imposible que pueda haber separatividad.

Yo vengo a reclamar de ustedes vuestra propia Gloria, no para que me la den –pues yo soy en ustedes- sino para que la manifiesten. Glorifiquen, glorifiquen, glorifiquen quienes son; la esencia verdadera, esos seres magníficos que cada uno de ustedes es. Más allá de la creencia –a veces tonta, a veces sin sentido; de hecho siempre sin sentido- de que ustedes no son merecedores, de que ustedes son inferiores a, de que ustedes les falta muuuuuuuuuuuuucho tiempo para llegar a ser alguien valioso. Nada de eso es real, todo eso es lo que les han hecho creer, para que no tengan valor, para que no tengan verdad, para que sigan siendo pequeñas motas oscuras arrastrándose por la vida terrenal. Esta imagen tan desagradable es lo que hacen de ustedes, lo que manifiestan, cuando se alejan de la verdad que son.

Vuelvan a ser la luz que son, párense en el divino que son, porque lo son ya, en este instante, ahora. No hay que esperar, no existe el tiempo, esa es otra ilusión que han creado y les fascina manifestar. No hay tiempo así. Ya, en este instante en vuestro alto corazón, allí, detrás del timo, ahí estoy yo esperando a que me abran la puerta.

Yo soy la Gloria del Creador, yo soy la Gloria de la Diosa y vengo a ustedes a reclamarles que me abran la puerta. No una puerta de afuera, sino la puerta de adentro donde me han dejado guardada: ¡ábranme la puerta, abrácenme! Porque yo soy ustedes, yo soy la Gloria del Creador, la Gloria de la Diosa, que viene hoy, aquí, a abrazarlos eternamente, a recuperarlos del espacio donde ustedes se metieron. Salgan de allí, sean quienes verdaderamente son…

Respira profundo, Azton, bien, bien profundo.

Elévense, elévense cada una y cada uno de ustedes. Sean la manifestación gloriosa de la Creación. Sean los seres maravillosos que realmente son. Canten, canten la Gloria que son. Pónganme a mí en vuestras palabras, pónganme a mí en vuestros ojos, pónganme a mí en vuestros oídos, pónganme a mí en lo que huelen, pónganme a mí en lo que perciben con el tacto, pónganme a mí en lo que saborean, porque yo soy todas las cosas. Yo soy la manifestación sublime de a Creación. Yo soy el principio y el fin de Todo Lo Que Es. Yo soy la DIVINA GLORIA.

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