GAIA – PIDIENDO COLABORACIÓN

Alexiis, 1º de octubre, 2009

Amados Maestros, son las tres y cuarto de la tarde, recibido el llamado, aquí estoy esperando.... GAIA me aparece tu nombre, ¿puede ser que en estos momentos tan movidos me estés llamando?

Sí Alexiis, quiero hablar unas pocas palabras contigo solamente. Nuevamente lamento que lo que a mí me está pasando te afecta, ya hemos hablado mucho sobre eso, así que tengo que dejarte a vos para que encuentres la fortaleza de superarlo.

Quiero agradecerte que hayas enviado a la red nuevamente el texto para el rescate de almas y aquí te quiero pedir que en este mensaje de nuevo vuelvas a mencionar el asunto. Es tan importante que las almas que se están yendo a raíz de los grandes cataclismos que hay encuentren ayuda de parte de todos ustedes, los Trabajadores de la Luz.

Por favor encuentra la manera de formular este pedido aunque sea con palabras un poco distintas, pero es necesario que se les ayude a esos seres y ese es el trabajo que les corresponde a ustedes, los Trabajadores de la Luz.

Por eso me manifiesto con este muy breve mensaje, pero vos sabes perfectamente la importancia que tiene.

Les mando a todos mi amor y espero que juntos logremos lo propuesto. Yo Soy GAIA, la MADRE TIERRA.

AYUDA A LAS ALMAS PERDIDAS

En vista del nuevo pedido formulado por GAIA, a pesar de haber enviado hace unos días el texto llamado Rescate de Almas, voy a trata de ampliar este tema un poco más tal como lo pidió GAIA.

En primer lugar es de suma importancia que no nos dejemos avasallar por el pánico, miedo o temor por lo que ha pasado, o sea la cantidad de terremotos, tsunamis y no sé cuantas otras cosas se pueden presentar.

Es de suma importancia que estemos llenos de amor y de compasión cuando queramos encarar esta misión que se nos ha encomendado.

Esta imagen adjunta representa al Ángel de la Compasión, que manifiesta plenamente su ternura y amor. Sé que se dice que somos ángeles humanos, pero todavía nos cuesta vernos a nosotros mismos como tales y mucho más adoptar una actitud tan libre de todo juicio, crítica y condena.

Tenemos que tener en mente que las almas que se van en estos cataclismos son almas que han elegido en su gran mayoría esta forma para retirarse del planeta tierra, ya que aquí se les brinda una oportunidad única para saldar deudas kármicas que a lo mejor de otra forma les llevarían cantidad de vidas para saldar.

Así que nosotros tenemos que sentir alegría porque pudieron aprovechar esta forma rápida de irse y luego seguir su camino, ya sea volviendo al planeta nuevamente, regresando a sus lugares de orígenes, o yendo a estudiar a otros planetas. Solo el propio alma sabe lo que hemos elegido hacer. Ese es el problema que nosotros no tenemos conciencia de ello, o a lo mejor es una bendición ya que si de siempre sabríamos que tal y tal día tenemos que pasar por semejante prueba, no sabríamos aprovechar todo lo bueno que nos brinda la vida.

Ahora bien, yendo al trabajo específico que tenemos que hacer, yo me imagino ser como el ser de esta figura, pura luz y energía y como tal, después de relajarme profundamente mediante la respiración, y junto con la ayuda de mi ser Superior me transporto al lugar en donde quiero prestar mi ayuda.

Sigo respirando profundamente, viendo como mi ser se eleva, dejando atrás al cuerpo físico, elevándome cada vez más y más, siempre inspirando profundamente y exhalando luz y amor.

Una vez llegado al punto de la catástrofe, me veo a mi misma irradiando toda la luz que pueda, siempre inhalando y exhalando con fuerza, estoy con los brazos abiertos en señal de bienvenida. De esta forma las almas perdidas, al ver un punto de luz se acercan, y los voy recibiendo en mis brazos, irradiándolas y bañándolas en mi amor y luz y veo como ellas se aferran de mi, como si fuera un racimo de uvas, siendo por supuesto las almas en lugar de las uvas que de una forma u otra se aferran.

Cuando siento que no puedo recibir más, hago unas cuantas respiraciones más profundas mediante las cuales yo, junto con las almas que he rescatado, me elevo a la luz. Ahí me reciben los ángeles y los seres de luz que van recibiendo a las almas que no encontraron el camino, y de ahí en adelante ellos se ocupan de ellas.

Una vez que estoy segura de que cada una de ellas ha sido atendida y todas están bañadas en amor y luz, vuelvo a bajar nuevamente al punto de la catástrofe y repito el proceso. Esto lo hago tantas veces como pueda, sin que ello represente un desgaste físico para mí.

Luego si elijo volver a mi cuerpo físico, respiro profundo unas cuantas veces y doy las gracias al universo por lo que se me ha permitido hacer, y vuelo al Aquí y Ahora.

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