Alexiis y Sergio, 27 de julio de 2009
Sergio: sinceramente, Maestras y Maestros, son tantos los nombres que aparecen, que no sé quién es la que o el que quiere expresarse a través de mí…
Sergio: sinceramente, Maestras y Maestros, son tantos los nombres que aparecen, que no sé quién es la que o el que quiere expresarse a través de mí…
Alexiis: Soy YESHUA. Quien te quiere hablar es un chico índigo…
Sergio:… ¡Que se llama Tom!
Gracias Yeshua. Justo cuando estabas hablando me vino la sensación de un niño, que si bien no te he visto, aquí estoy con todo gusto, ya que sabes que bastante de mí se manifiesta como un niño. Así que, adelante.
Yo Soy TOM. Tom no es mi nombre, pero es el que elijo para poder presentarme.
Soy un niño con características especiales. Especiales para ustedes, por estas generaciones nuevas que estamos legando. Comenzamos a llegar aquí hace uno veinte años. Me estoy refiriendo a los niños nuevos que son los cristal, los índigo, los arco iris; en mí caso soy un índigo.
Ahora, en los nuevos grupos de niños que vienen, ahí hay ya una nueva serie de nosotros, que estamos más preparados para esto.
Creo que tanto tú como los que están escuchando y están leyendo, saben que nosotros vinimos en un primer momento, listos para poder realizar una serie de tareas muy específicas. Pero debido a que la conciencia de la humanidad se movió hacia un estado de conciencia más elevado, la tarea para la que veníamos ya no tenía sentido; eso hizo que nosotros nos retiráramos, de distintas maneras.
Ahora estamos volviendo, estamos volviendo desde los últimos veinte años, aproximadamente. Hoy, muchos, como en mi caso –que todavía no he nacido, pero que estoy muy próximo a hacerlo- estamos naciendo a través de otros índigos, que ya son suficientemente grandes como para ser nuestros padres.
Ustedes, la gente de generaciones anteriores a nosotros, tienen grandes dificultades con nosotros. Cuando digo ustedes, me refiero a todos. No se trata sólo de los padres que por convenio nos pusimos de acuerdo para ser recibidos y nosotros a ellos, sino a todo el sistema que conforma la cultura humana que hasta ahora ha estado desarrollándose.
A nosotros no nos comprenden. No nos comprenden porque nuestra manera de ser es totalmente diferente a la que a ustedes se les ha obligado a sostener durante tantas y tantas y tantas vidas. Antes, nosotros no podíamos venir aquí; nos era imposible por la densidad que había en la vibración. Pero ahora, esa densidad se ha aligerado.
Yo vengo hoy para decirles que tienen razón todos los Maestros, los seres y las conciencias que están viniendo, diciendo: “por favor, aligérense aún más”. Pero yo quiero decirles –y esto no es para que se conformen, sino para que tengan un ánimo de ir más profundo todavía- somos muchísimos los que estamos esperando que ustedes n os brinden la oportunidad de llegar, porque somos nosotros, los niños nuevos que venimos, los que vamos a poder darles a ustedes una serie de herramientas que nos van a ayudar a ustedes y a nosotros.
Por donde van ustedes, ya se dan cuenta que no puede seguir así la vida, y nosotros tampoco podemos sostenernos en ese espacio. Necesitamos una transición; nosotros venimos a hacer ese trabajo. Venimos en este momento con una serie de aspectos de conciencia ya desarrollados, que todavía ustedes ni siquiera pueden imaginar.
Lamentablemente, por viejas memorias que tiene la conciencia humana, se están haciendo experimentos con muchos de nosotros los niños nuevos, por las habilidades innatas que traemos. Están tratando tontamente de descubrir en qué parte de nuestro cuerpo está guardada esa cosa “rara” que hace que nosotros seamos lo que seamos.
En realidad no hay nada en nuestro cuerpo en ese aspecto. Nuestro cuerpo es nuevo, con características totalmente distintas; pero donde está depositado todo esto es en nuestra conciencia, no en nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es el asiento de esa conciencia, y en ese lugar nunca lo van a encontrar.
Más allá de esos niños que están sometidos a experimentos y ese tipo de malos tratos, hay otras características, por las que yo vengo aquí para llamarles la atención.
Muchas y muchos de ustedes tienen en sus familias –ya sea porque somos sus hijos, o porque tenemos a los abuelos, a las tías, los maestros, a la gente que nos rodea- que nos ven distintos, nos ven diferentes: que somos terribles, que somos incontrolables, que no ponemos atención, que aparentemente somos niños problema.
Pero en realidad el problema lo tienen ustedes, no nosotros. Porque ustedes son los que vienen en una situación lenta. Nosotros traemos la verdad más acabada en cuanto a la conciencia humana. Afortunadamente cada vez somos más, cada vez hay más de nosotros.
Tenemos diferentes frecuencias que nos dan auras de diferentes colores, entonces esa es la manera como nos llaman. Pero lo que yo quiero acá decirles, es que pongan atención a que nosotros no estamos enfermos, no venimos con problemas; no somos chicos ADD, ni ninguna de esas características o rótulos que nos ponen.
Somos niños brillantes, somos niños que lo que nos ofrecen hoy en esas escuelas tan aburridas que ustedes presentan, donde estamos todos sentados uno detrás de otro, donde la maestra dice “A”, y todos tenemos que decir “A”. Ese tipo de cosas no sirven más; no es enseñanza verdadera.
Cada uno de nosotros tiene una porción para compartir con el otro, y lo que venimos a decir, yo –en nombre de todos estos niños- es: “póngannos atención a lo que decimos” No nos consideren bichos raros; no lo somos.
Somos seres luminosos, mucho más luminosos de lo que ustedes están ahora en sus conciencias, y venimos a ayudarles a elevar esa conciencia de ustedes; y la forma de lograrlo es en comunión. Porque no es que ustedes están en un bando y nosotros del otro. Acá no hay bandos, acá lo que hay es diferencia de conciencia. Lo que tenemos nosotros para ofrecer el ayudarlos a elevar la conciencia, por lo menos al nivel de donde nosotros estamos, y lo podemos hacer. Lo que tenemos que hacer es combinar esto.
Escúchennos, préstennos atención a lo que hacemos. Nosotros sestamos en contacto con otras dimensiones de manera conciente, no tenemos que esperar a dormir –como lo hace la mayoría de ustedes- para poder ir a otras dimensiones. Nosotros, igual que ustedes, somos seres multidimensionales. Estos niños nuevos, estos niños que estamos llegando somos multidimensionales, pero de manera conciente… y al mismo tiempo, mientras estamos ahí con ustedes, a la hora de comer, jugando, estamos en contacto con otras dimensiones, con seres de otras dimensiones también. Nos van a ver conversar con ellos. Vamos a ir a ustedes y decirles: “ah, lo que pasa es que antes me llamaba fulana de tal; o era tal animal, o que yo era esto o aquello”. O también, “que estoy con un amigo…” Y ustedes van a ver que no está nadie, pero eso no quiere decir lo que ustedes suponen: “ah, el nene se inventó algo”. No nosotros no inventamos nada, estamos viviendo la verdad, y lo que queremos es compartir con ustedes esa posibilidad de la verdad.
Es muy simple. Como niños nosotros tenemos esa maravillosa posibilidad de ser quienes somos, pero tienen que dejarnos que nosotros afloremos la verdad que tenemos dentro. Acompañarnos, apoyarnos en nuestro desarrollo.
Está bien, ustedes pueden decir: “qué niños raros que son”. Para ustedes lo somos. Pero, ¿no se han puesto a pensar que nosotros, cuando los vemos a ustedes, decimos: “qué gente rara”. ¿Por qué no lo miran del otro lado? ¿Por qué no se ponen del lado de nosotros?
El hecho que tengamos un cuerpo pequeño, no quiere decir que seamos pequeños; es justamente al revés. Entonces, ¿por qué no se ponen a ver del otro lado, cuando nosotros los miramos y decimos: “qué gente rara”? ¿Cómo pueden ser así? ¿Cómo pueden pensar así?
Bueno, si a nosotros nos permiten mantenernos en nuestro espacio y no nos subyugan, no nos obligan a cambiar, no nos obligan a negar nuestro ser, como lo han hecho los padres de ustedes y los padres, de los padres de ustedes, y así para atrás. Donde siempre se les negó y obligó a negar quienes son. Llegó el momento que eso no puede ser más.
Yo ahora tengo la posibilidad de establecer esta comunicación, porque todavía yo no estoy metido totalmente en el cuerpo en el que voy a vivir en la Tierra. Entonces, tengo todavía la posibilidad de tener una visión amplia y poderles hablar; aunque voy a ser un niño, claramente, quien les está hablando no lo es. Soy un ser conciente que estoy a punto de tomar un cuerpo. Que hice un acuerdo con quienes van a ser mis padre, con quienes van a ser mis padres, con quién va a ser mi familia, y ellos hicieron el acuerdo conmigo para poder recibirme.
Vamos a ver cómo nos va con eso, porque las dinámicas humanas –en estos períodos de transición de frecuencias, de vibraciones, de una conciencia lenta, dormida, pesada a una como la nuestra que es pura chispa, puro salto, puro movimiento.
Los famosos niños que ustedes llaman híper kinéticos, si lo vemos del otro lado, ustedes son híper lentos, híper aburridos, que para poder hacer dos cosas están no sé cuánto rato… y nosotros cuando los miramos decimos: “mmmm, qué dormidos que están”.
Lo que yo les propongo es más respeto por nosotros, porque aunque tenemos un cuerpo pequeño, no quiere decir que no seamos tan grandes como ustedes en la esencia; somos igualmente grandes. El punto es que nosotros somos concientes de que lo somos, y ustedes no.
Así que permítannos ayudarlos, porque así como vienen de los lugares más lejanos, de los confines del cosmos y del interior de la Tierra, y de todos los lugares que están recibiendo estos mensajes, no hace falta que se vayan tan lejos; miren a su alrededor… toda esa cantidad de niños.
Cuando hablo de niños, no estoy hablando solamente de bebitos y nenes de pocos años, también a los de diez, doce quince; mírennos, porque estamos en cada una de las familias de ustedes. Estamos en todos lados. Mírennos.
Cuando digo mirar, no estoy diciendo poner el ojo y ver a un niño o a una niña; no, vayan más adentro. Obsérvennos, ponga atención en qué hacemos, cómo lo hacemos, con quién estamos hablando. Cuando eso suceda, entablen comunicación con nosotros; sígannos lo que ustedes dirían “la corriente” –que otra cosa no pueden decir- pero háganlo, y van a ver cómo de a poco podemos empezar a establecer esto.
Así que, pongan atención a lo que están diciendo los grandes maestros que nos están acompañando, los grandes seres, los que vienen de todos los lugares, pero también pongan atención en nosotros. Somos esos maestros encarnados. No lo estoy diciendo desde un lugar de soberbia, para nada. Somos maestros porque tenemos la conciencia mucho más despierta de la que la tienen ustedes. Entonces, si nos prestan atención, hay mucha cosa que pueden aprender de nosotros. Hay muchas maneras que pueden copiarnos. Tómennos como ciertos modelos, y de esa manera vamos a hacer algo más fácil esta dinámica de la transición de una conciencia aburridísima, a una conciencia espectacularmente maravillosa.
Sergio, de niño interno a niño interno, de ser a ser, y en ti, representando a todas las niñas y niños que están escuchando y leyendo esto, sepan que los amamos. Que todo esto es en función de seguir creciendo y… póngase a jugar, es una forma muy linda de aligerar la conciencia. Jueguen con todo lo que tienen a su alrededor; jueguen con ustedes mismos, ríanse de ustedes, jueguen con esos niños que tienen en la vida. El Creador es tan maravilloso, que nos ha puesto por lo menos a uno de nosotros cerca de ustedes. Entonces, jueguen con nosotros. Vayamos a ese espacio porque así se crece mucho más rápido.
Los bendigo, los abrazo, con un beso de esos grandotes que solemos dar los niños.
Yo soy TOM.
Alexiis: Yo soy YESHUA, pero por esta noche vamos a dejar que este canal descanse, porque por lo que yo puedo apreciar, Alexiis ya no está en condiciones de seguir, así que, de mi parte, será buenas noches y seguro que volveremos mañana, seguro. Los bendigo, los amamos mucho y ojalá que mucha gente, mucha gente tome conciencia de todo lo que se ha dicho, de absolutamente todo. Les mando mi amor y mi luz. Yo soy YESHUA.
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