Buenos días amados Maestros, son las cinco de la madrugada, no me levanté con la idea de canalizar, estuve explicándole a una amiga nueva como se me presentaban las canalizaciones y bueno, repentinamente me surgió que me tengo que conectar. Aquí estoy esperando como siempre, con todo mi amor. . .
Buen día Alce Ligero, ya te reconozco, te veo ante mi ojo mental, encantada de charlar nuevamente contigo. Quedo esperando lo que quieras decir. . .
Hola mujer blanca, Alexiis, sí, ya el contacto se hace más fluido – aunque en este momento me faltan las palabras – pero no es que no las recibas, sino que no tengo en mente concreto lo que decirte.
Lo que en este momento siento es que es de importancia el decirle a la humanidad – que se acuerden – que abran su memoria a las épocas en las que todos ustedes no han estado encerrados en una civilización, en esas enormes ciudades donde viven encajonados.
Es necesario que ustedes recuperen la libertad del espíritu, la libertad del alma para que salga a volar, libre como un pájaro
Piensen o imaginen, a los que les gustan por ejemplo los caballos, que están montados sobre un hermoso corcel, corriendo a todo galope por la pradera.
Vos Alexiis, como mujer, como indígena, tantas veces lo has hecho, con tu cabellera volando al viento, el sol acariciándolos, ibas al galope, dedicándote solamente a hacerte uno con el movimiento del caballo con cada pisada que da. Ustedes forman una unidad que con su galope incluso acarician a la Madre Tierra.
Ustedes van galopando – sin ningún fin – no es que tengan que llegar a algún lado. Simplemente lo hacen por la libertad que les da – por la libertad de los sentidos – la emoción del aire que va rozando su cuerpo. Es – si ustedes se acuerdan y llegan a abrir su memoria – es una impresión muy especial.
Yo sé que hoy en día por ejemplo, los que corren en lo que ustedes llaman motocicletas, también reciben esa caricia del viento – pero no es lo mismo, porque están sobre una máquina que emite un fuerte ruido y ese fuerte ruido – podríamos decir – que como que destroza la paz, la libertad real, no la pueden sentir en la forma como la sienten estando sobre un caballo.
Ahora no a todos les gusta montar a caballo. Esa sensación también la tienen los deportistas que corren por su propio medio. Ese movimiento perfecto del cuerpo, el movimiento perfecto de cada paso, de cada brazo – de todo el cuerpo – solamente pensado y destinado a moverse a través del tiempo.
Esa paz, esa unidad, esa fluidez es lo que ustedes tienen que tratar de conseguir. También lo consiguen aquellos que se van a nadar, o que van a bucear y que van a nadar con los delfines o con las ballenas.
Yo – a todos ustedes que viven encajonados en esos bloques de cemento, les recomiendo que durante un rato por día – yo sé, que la mayoría no tiene la posibilidad de hacerlo en cuerpo físico, pero siéntanse tranquilos y con su imaginación ustedes pueden llegar a dónde quieran.
Hay aquellos de ustedes a los que les gusta el esfuerzo físico y lo hacen trepando por las montañas de la Madre Tierra. Todo eso es válido. Es válido todo acto en el que toman conciencia de su cuerpo – en el que la energía de su cuerpo, de su mente, de su alma – forma una unidad. Una unidad que en ese momento está concentrada en ese fin, en ese movimiento perfecto.
Eso es lo que quiero que ustedes recuerden. Recuerden y rememoren eso y permítanse cada día unos momentos de esa conexión que antiguamente tenían. Les va a hacer mucho bien para aligerar la tensión en la que ustedes viven – rodeados de sus aparatos, computadoras, televisores y del montón de cosas que no tengo intención enumerar – porque la mayoría de la cual ni siquiera la conozco.
Así que, Alexiis, este breve saludo mañanero va dirigido a todos ustedes – para que le den libertad al alma para – en el real sentido, volar por la vida.
Con todo mi amor, yo soy ALCE LIGERO, Cacique Cherokee.
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