miércoles, 2 de abril de 2008

ZEUS – RAYOS Y TRUENOS

Buen día amados Maestros, son las cinco y media de la madrugada y como tantas veces últimamente no sé si me han estado llamando. He pasado otra de esas noches casi sin dormir, sin motivo aparente, simplemente no puedo conciliar el sueño, pero por lo menos no me preocupo, y escribo o miro televisión o leo, en fin y así pasan las horas, pero – digamos – no lo tomo a lo trágico porque sé que después al día siguiente lo recupero.
Sin embargo ahora me he despertado con esa leve taquicardia que puede ser un indicio de que alguien me esté llamando, así que por las dudas agarro el grabadorcito y aquí estoy, esperando con todo mi amor a ver si alguien tiene algún mensaje para transmitir. Quedo esperando. . . Hay muchos nombres que me están dando vuelta en la cabeza, por favor, si eres alguien de la luz trata de aclarar la imagen. . .
La imagen que me viene a la mente es la tremenda tormenta que hemos tenido ayer a la tarde aquí en Buenos Aires, ¿Zeus, eres tú, el que se manifiesta?. . .
Sí, soy yo, ZEUS, he venido a descargar toda mi furia ayer a la tarde sobre gran parte del país de ustedes, porque estoy sumamente enojado por todo lo que están haciendo con los tan preciados productos de la Madre Tierra. No es posible que alimentos que hacen falta en muchas partes del mundo, se tiren a la calle.
Ustedes los humanos, los que tienen y pueden disponer de los alimentos, no saben apreciarlos lo suficiente. No puede ser que entre ustedes no se puedan poner de acuerdo como para no desperdiciar nada. Acuérdense que hay muchas partes del planeta que no tienen alimentos y ustedes mismos ahora, en las ciudades, no están teniendo el abastecimiento normal.
Entonces, por favor, ¿qué es lo que tiene que pasar para que ustedes empiecen a colaborar el uno con el otro? No puede ser que a esta altura del desarrollo de la humanidad, que espera participar en la ascensión, todavía haya esas discordias entre ustedes, esa incapacidad de entender y de combinar lo que quiere el uno y lo que quiere el otro.
Esto no es solamente dirigido contra el país en el que vive Alexiis, sino, yo sé, que esto pasa a nivel mundial y me estoy dirigiendo a toda la humanidad. No me estoy dirigiendo solamente al país tuyo, sino toda la humanidad. Toda la humanidad tiene que aprender el amor hacia el prójimo, el amor incondicional. Es una cosa que es imprescindible para siquiera poder pensar en la ascensión hacia la quinta dimensión.
Entonces, ¿qué es lo que hace falta para que de una vez por todas se den cuenta, para que de una vez por todas se den cuenta que todos ustedes son hermanos, que lo que le hacen a uno, aunque sea en una parte del planeta, repercute en otra parte del planeta? Todas las secuencias que ustedes están teniendo, de problemas en la tierra, son la repercusión de los problemas que tienen ustedes mismos. Empezando que no se aman a sí mismos, empezando a que por cualquier cosa se enojan y mandan ondas de pensamientos negativos al éter, todo eso se convierte en cosas que les regresan de otra forma.
Es la toma de conciencia de que cada palabra, cada pensamiento, cada acto suyo repercute en todo el planeta y no solamente en el planeta, en el cosmos. Entonces, ¿cuándo van a aprender esto? ¿Cuándo van a actuar de acuerdo? ¿Cuándo van a comportarse como los ángeles humanos que son? Está bien que han perdido parcialmente la memoria y que no la han recuperado todavía, pero también, aún con esa poca memoria que les queda, y si no les queda nada de memoria, igualmente tiene que prevalecer el amor, tiene que prevalecer la luz entre ustedes. No puede ser que se sigan atacando el uno al otro, ya sea en forma de guerras, ya sea en forma de discordias, de peleas, de luchas o aunque sea verbalmente, porque lamentablemente la discordia también existe dentro del núcleo familiar.
Así que no es posible que ustedes, como humanidad, esperen llegar a una era dorada de paz y de luz, si ni siquiera en el núcleo familiar tienen paz y armonía. Busquen esa armonía, no queda tiempo para que vayan dispersando sus energías en cosas completamente innecesarias y dañinas.
Nosotros de nuestra parte hacemos todo lo posible para ayudar a la humanidad, pero muchas veces vemos las cosas más insólitas que pasan, y ahí, dependiendo del genio que uno tenga, yo me enfurezco y si yo me enfurezco, ustedes lo notan. Así que ahí tienen la explicación de lo que pasa en tantas partes del planeta.
Ojalá que llegue el momento en que no tenga que venir con rayos y truenos, tormentas y vientos huracanados y ráfagas. Ojalá que esto no haga falta. Les habla ZEUS.

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