22 de abril, 2008
Amados Maestros, buenas tardes. ¿Me han estado llamando? Son las dos de la tarde, y – puede ser que haya sido un llamado – pero hasta no estar segura prefiero conectarme una vez de más que una vez de menos. Así que quedo esperando a ver si hay alguien de ustedes, como siempre, con todo mi amor. . .
Ay Maestro Armenthal, cuanto tiempo que no nos hemos comunicado. . .
Sí Alexiis, soy yo, es cierto, pasa el tiempo pero evidentemente como te estás comunicando con tantos seres, uno viene si realmente tiene algo para comunicar a la humanidad.
No es nada nuevo lo que tengo que comunicar, pero todavía hace falta un despertar mucho mayor de la humanidad hacia los otros reinos de la Madre Tierra. Hace falta la toma de conciencia de que existimos, que participamos con la vida en la Tierra, con ustedes y que también somos un factor importante para la sanación y la supervivencia de la Madre Tierra, de nuestra querida GAIA.
Todos nosotros, los reinos de los duendes, los elementales, todos los seres diminutos como ustedes a veces nos llaman, todos estamos trabajando en pro de la Tierra, porque somos manifestaciones de amor puro, amor puro como ustedes muchas veces no lo llegan a comprender. Nosotros vivimos en pro de la labor que hacemos para la Madre Tierra, el amor es recíproco, ella nos ama y nosotros la amamos.
Es ese amor el que queremos compartir con ustedes, la humanidad. Nos estamos asomando más al mundo de ustedes, a la dimensión de ustedes para que nos puedan percibir. Algunos de ustedes tienen la capacidad de ver, por ejemplo cuando están en sus hogares, que pasa una sombra, algunos no entienden de que se trata, otros sí que saben que somos nosotros los que andamos por ahí y también nos saludan y nos bendicen, porque en general somos seres de amor y de buena voluntad y de colaboración con los humanos.
No quiero negar que haya algunos ciertos duendes traviesos, a los que les encanta ocultarles algo, ocultarles algo que ustedes buscan, que están seguros que estaba en cierto lugar, pero desapareció y cuando ya se cansan de la búsqueda, repentinamente lo ponen en otra parte para que lo encuentren.
Esto que en principio podrían calificar como travesuras, porque no es maldad en absoluto, y tampoco no son travesuras, sino que son cosas que nosotros hacemos para tratar de incitar a ustedes para que miren más allá de lo evidente, el percibir que hay energías que los están llamando para que despierten, porque si en ese momento ustedes están lo suficientemente despiertos y nos hablan y nos dicen, van a ver que enseguida aparece el objeto perdido.
Nosotros hacemos eso para llamarles la atención, para hacerlos pensar, para hacerlos analizar y fundamentalmente para hacerlos sentir.
Queremos compartir con ustedes la estadía en la Madre Tierra, queremos compartir con ustedes el inmenso amor que sentimos y también queremos compartir la alegría y el juego que reina en nuestro mundo. Eso les falta a la mayoría de ustedes, por eso nosotros tratamos de llamarles la atención, tratamos de que vean o a lo mejor perciban lo que está pasando.
Así que siempre tenemos que volver en nuestras enseñanzas al hecho de que ustedes se tienen que abrir, tienen que abrir su corazón, tienen que abrir su alma consciente para ver y aceptar la existencia de todos los otros reinos.
Vengo como siempre con inmenso amor hacia ustedes, hacia toda la humanidad. Yo Soy ARMENTHAL, el Anciano de los Duendes.
Amados Maestros, buenas tardes. ¿Me han estado llamando? Son las dos de la tarde, y – puede ser que haya sido un llamado – pero hasta no estar segura prefiero conectarme una vez de más que una vez de menos. Así que quedo esperando a ver si hay alguien de ustedes, como siempre, con todo mi amor. . .
Ay Maestro Armenthal, cuanto tiempo que no nos hemos comunicado. . .
Sí Alexiis, soy yo, es cierto, pasa el tiempo pero evidentemente como te estás comunicando con tantos seres, uno viene si realmente tiene algo para comunicar a la humanidad.
No es nada nuevo lo que tengo que comunicar, pero todavía hace falta un despertar mucho mayor de la humanidad hacia los otros reinos de la Madre Tierra. Hace falta la toma de conciencia de que existimos, que participamos con la vida en la Tierra, con ustedes y que también somos un factor importante para la sanación y la supervivencia de la Madre Tierra, de nuestra querida GAIA.
Todos nosotros, los reinos de los duendes, los elementales, todos los seres diminutos como ustedes a veces nos llaman, todos estamos trabajando en pro de la Tierra, porque somos manifestaciones de amor puro, amor puro como ustedes muchas veces no lo llegan a comprender. Nosotros vivimos en pro de la labor que hacemos para la Madre Tierra, el amor es recíproco, ella nos ama y nosotros la amamos.
Es ese amor el que queremos compartir con ustedes, la humanidad. Nos estamos asomando más al mundo de ustedes, a la dimensión de ustedes para que nos puedan percibir. Algunos de ustedes tienen la capacidad de ver, por ejemplo cuando están en sus hogares, que pasa una sombra, algunos no entienden de que se trata, otros sí que saben que somos nosotros los que andamos por ahí y también nos saludan y nos bendicen, porque en general somos seres de amor y de buena voluntad y de colaboración con los humanos.
No quiero negar que haya algunos ciertos duendes traviesos, a los que les encanta ocultarles algo, ocultarles algo que ustedes buscan, que están seguros que estaba en cierto lugar, pero desapareció y cuando ya se cansan de la búsqueda, repentinamente lo ponen en otra parte para que lo encuentren.
Esto que en principio podrían calificar como travesuras, porque no es maldad en absoluto, y tampoco no son travesuras, sino que son cosas que nosotros hacemos para tratar de incitar a ustedes para que miren más allá de lo evidente, el percibir que hay energías que los están llamando para que despierten, porque si en ese momento ustedes están lo suficientemente despiertos y nos hablan y nos dicen, van a ver que enseguida aparece el objeto perdido.
Nosotros hacemos eso para llamarles la atención, para hacerlos pensar, para hacerlos analizar y fundamentalmente para hacerlos sentir.
Queremos compartir con ustedes la estadía en la Madre Tierra, queremos compartir con ustedes el inmenso amor que sentimos y también queremos compartir la alegría y el juego que reina en nuestro mundo. Eso les falta a la mayoría de ustedes, por eso nosotros tratamos de llamarles la atención, tratamos de que vean o a lo mejor perciban lo que está pasando.
Así que siempre tenemos que volver en nuestras enseñanzas al hecho de que ustedes se tienen que abrir, tienen que abrir su corazón, tienen que abrir su alma consciente para ver y aceptar la existencia de todos los otros reinos.
Vengo como siempre con inmenso amor hacia ustedes, hacia toda la humanidad. Yo Soy ARMENTHAL, el Anciano de los Duendes.
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